Golpizas y uso de armas blancas: Los hechos de violencia escolar que han marcado el retorno a la presencialidad

Los hechos de violencia escolar han empañado el retorno a la presencialidad tras dos años de trabajo remoto y/o semipresencialidad por parte de estudiantes y profesores, a raíz de la pandemia. Han pasado 15 días desde el inicio oficial de las clases y las denuncias por este tipo de hechos se han multiplicado. NOTICIA RELACIONADA Nuevo caso de violencia escolar: Estudiante de 15 años fue apuñalado en Talca y queda con lesiones de gravedad 80 La situación ha provocado que en Santiago, se generara una mesa de trabajo con distintas autoridades, incluyendo Carabineros, Fiscalía y la PDI, para avanzar en soluciones y prevención de este tipo de hechos, que se han replicado en distintos puntos del país. Parte de las estrategias buscan actualizar reglamentos de convivencia y desarrollar orientaciones específicas para las comunidades educativas. El escenario inquieta a padres y profesores, puesto que las peleas entre estudiantes han pasado de los golpes a incluir elementos como cuchillos e incluso armas de fuego. La semana pasada se conoció un video de un grupo de estudiantes de Viña del Mar agrediéndose afuera del Colegio Casteliano, según una de las madres, algunos adolescentes «estaban armados con pistolas, estaban con manoplas. Esto es a otro nivel, no puedo mandar a mi hijo al colegio», dijo a 24 Horas. Un escenario similar se dio en el Liceo Industrial Miguel Aylwin Gajardo de San Bernardo, tras lo que debía ser un partido de fútbol amistoso que terminó con alumnos utilizaron cuchillos y lanzaron disparos al aire. Incluso, uno de los funcionarios del recinto que intentó separar la pelea, terminó con una puñalada en su brazo. El alcalde de la comuna, Christopher White, afirmó que «los alumnos tendrán que ser expulsados, porque nuestros colegios municipales no van a permitir estas situaciones». En Linares, región del Maule, dos estudiantes de 14 y 15 años pasaron el viernes a control de detención tras una agresión a otro alumno. Ambos fueron formalizados por amenazas y porte de armas cortopunzantes, por lo que quedaron con medidas cautelares e imposibilidad de acercarse a la víctima. En la región del Biobío el escenario es el mismo: en el colegio Adventista se registró una golpiza por parte de alumnos de cuarto medio a un curso menor, mientras que afuera del Liceo Industrial de Los Ángeles las agresiones terminaron con el uso de armas de fogueo. A ello, se suma que un docente terminó apuñalado por una persona en el Liceo Comercial de Talcahuano. Sobre este último hecho, el alcalde de la comuna, Henry Campos, anunció una querella contra los responsables. A las situaciones de violencia escolar se suman las denuncias por acoso sexual de decenas de estudiantes. El caso del Liceo José Victorino Lastarria de Providencia -que quedó al descubierto luego que se viralizaran unas conversaciones por redes sociales sobre una presunta organización de alumnos para una violación grupal- encendió las alarmas. Desde entonces, otras alumnas decidieron sacar la voz y denunciar otras situaciones de este tipo, incluyendo acoso por parte de profesores. Pero el problema no termina ahí. Porque la sensación de inseguridad que viven otras comunidades, incluyendo universitarias, mantiene al Municipio de Santiago y a distintos ministerios tomando acciones que buscan hacer frente a las denuncias de acoso e incluso intentos de secuestro en el Barrio República. Niños, niñas y adolescentes más estresados Susana Saravia, psicóloga infantojuvenil de Clínica Universidad de los Andes, explica que en esta alza de la violencia escolar confluyen dos factores, «por un lado, la disminución que los niños, niñas y adolescentes (NNA) tuvieron en cuanto a la socialización durante la pandemia y por otro, el tener menos espacios sociales donde aprenden ciertas habilidades». En el fondo, estamos frente a niños y niñas «con altos niveles de estrés y angustia frente a estos cambios», sostiene. NOTICIA RELACIONADA Estudio sobre ciberacoso: El 63% de los adolescentes sabe quién es su acosador, pero denunciantes son el 1% 11 El hecho de que ese estrés detone principalmente en las salas de clases se debe, afirma Saravia, a que «al ser el contexto escolar un espacio seguro y protector, se abre también la posibilidad de que los niños transmitan ese nivel de estrés en este tipo de conductas». En cuanto a los altos niveles de bullying que se registran en el país, donde al menos 4 de cada 10 NNA se han visto expuestos a estas situaciones, la sicóloga recuerda que si bien no es un tema nuevo, éste se ha ido visibilizando mucho más, especialmente en el periodo de confinamiento, «donde se ha podido ver que hay más conductas agresivas en el contexto de redes sociales; tenemos a NNA más estresados, lo que facilita que tengan conductas más externalizantes, pero también hay en algunos casos de expresión de defensa ante el bullying». Saravia afirma que una vía para avanzar en soluciones es que junto a la importancia que se le da a la parte académica, los establecimientos también «prioricen elementos socioemocionales». En ese sentido, recomienda que se abran instancias «más formativas que punitivas, donde se generen espacios de reflexión en las salas, para conocer cómo los niños, niñas y adolescentes se sienten ante estos cambios; asimismo, es importante que existan instancias de esparcimiento, actividad física y artes liberales, entre otras actividades». Todo ello, de la mano con un acompañamiento de toda la comunidad escolar, donde es clave el trabajo coordinado de directores, sostenedores, profesores, psicopedagogos y psicólogos, para abordar de manera integral estas situaciones.

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