Democracia directa en la Convención: Uno de los mecanismos que irrumpen como opción para elaborar la nueva Carta Magna

arios constituyentes han planteado su interés en fijar este sistema para resolver controversias y establecerlo de forma permanente, algo que ya se ha aplicado en otros países de América Latina con distintos resultados.24 de Mayo de 2021 | 08:00 | Por Felipe Vargas, Emol107 El Palacio Pereira será uno de los lugares donde debatirán los constituyentes el texto de la nueva Carta Magna. El Mercurio. «Que la participación ciudadana sea la que determine cuáles son las respuestas a las preguntas difíciles. Eso también puede ser mirado como democracia directa», explicó esta semana el constituyente electo por el distrito 10 de la Lista del Pueblo, Manuel Woldarsky, poniendo en la mesa la posibilidad de abrir el debate en la Convención. En entrevista con EmolTV, el dirigente independiente explicó que temas como la autonomía del Banco Central y las atribuciones de todos los órganos de poder del Estado deben ser deliberados con la ciudadanía, a través de mecanismos como los cabildos o a través del ejercicio del derecho a sufragio. NOTICIA RELACIONADA Quiénes son, cuántos votos sacaron y qué opinan los 27 convencionales de La Lista del Pueblo 444 «El modo en cómo va a ser enfrentado es a través de una democracia directa, participativa, en la que podamos conocer la opinión de expertos, pero que seamos todos, a través del ejercicio del derecho a sufragio, quienes tengamos la posibilidad de decidir», explicó. En esa línea, destacó que dicha alternativa también es necesario establecerla en la nueva Constitución. «Creo que deben existir plebiscitos vinculantes para iniciativa de formación de ley, de revocación de mandato para quienes somos elegidos por votación popular y de derogación de ley, eso es muy importante». En cuanto a qué fórmula exploran para otorgar participación a la gente, Woldarsky indicó que «aún no hay un mecanismo definido, propongo que sea a través de un cabildo virtual o presencial, dependiendo de las normas sanitarias, para discutir, debatir y votar (…) escuchemos la voz del pueblo». «Deben existir plebiscitos vinculantes para iniciativa de formación de ley y de revocación de mandato». Manuel Woldarsky, constituyente Lista del PuebloUna visión similar planteó el constituyente independiente en la lista del Partido Liberal, Patricio Fernández, quien también se abrió a esas alternativas, aunque con algunas limitaciones. Por ejemplo, ante la posibilidad de incidir en la modificación de atribuciones de algunas instituciones indicó que «no me lo figuro, nada parecido a eso». No obstante, expresó su apertura a establecer ciertos mecanismos de participación directa en la nueva Constitución. «Con el nivel de información, de capacidad de interacción gracias a los celulares, es bien impensable que solamente participemos en las decisiones cada 4 años», comentó a este medio. En esa línea, recalcó que «es bastante evidente, suena natural entender que hay varios ámbitos, tendremos que definir cuáles, en los que podemos tomar decisiones con la ciudadanía o ayudar a tomarlas (…) esto es algo que debiera estar en la Constitución, la posibilidad de que la ciudadanía tome decisiones en determinados ámbitos». Solución a la crisis representativa Fue en la antigua Grecia donde surgió el primer ejemplo de democracia directa, cuando los ciudadanos atenienses se reunían en el ágora para debatir y resolver distintos asuntos relacionados al bien común. Su legado fue el dar la posibilidad a las personas de incidir en las leyes que los rigen o para escoger a sus líderes. Dicho sistema decantó en la democracia representativa, dado que el crecimiento de la población de las ciudades impedía la aplicación de un sistema directo. Sin embargo, existen varios países del mundo que aún mantienen ambas alternativas, con miras a dar mayor participación a las personas en el destino de sus naciones. NOTICIA RELACIONADA Rector de la UC por Convención: «Lo primero es dejar los sesgos previos fuera de la casa común, entrar libre de equipaje y con mente abierta» 279 En concreto, se trata de la posibilidad de instalar plebiscitos nacionales para cambiar normas de una Constitución, la iniciativa popular de ley, donde las personas pueden crear proyectos juntando una cifra suficiente de firmas, y el referéndum revocatorio, que permite remover a autoridades que sean cuestionadas en su desempeño. Al respecto, el decano de la Facultad de Gobierno de la Universidad Central, Marco Moreno, explicó que «la incorporación de iniciativa legislativa popular, la revocación del mandato y el referéndum en casi todos los países latinoamericanos ofrecen nuevas vías para que la ciudadanía pueda manifestar sus demandas y voluntades». «Era un recurso inexistente hace varios años en la historia de la región. Chile podría ahora darse esa oportunidad de incorporar alguno de estos mecanismos como parte de lo que se llama una democracia directa, para complementar la actual democracia representativa que experimenta una profunda crisis», añadió. En esa línea, sostuvo que «este tipo de mecanismos podría contribuir a resolver el problema del abstencionismo que tenemos hoy, el 56% de los chilenos no participó en las últimas elecciones. Por lo tanto, incorporar mecanismos que contribuyan a conocer qué están pensando puede mejorar el proceso de toma de decisiones». «En el marco de la discusión de las nuevas reglas del juego, esto va a ser parte de ese proceso, no hay que descartar que se definan como parte de lo que serán las futuras reglas del juego este tipo de mecanismos, especialmente la revocación del mandato y el referéndum en las legislaciones regionales y municipales», enfatizó. Asimismo, destacó que se trata de «una demanda muy sostenida y una práctica creciente en países desarrollados con los que nos gusta compararnos y también en América Latina. Por lo tanto, creo que es factible que se incorporen y ayudarían a mejorar los problemas de nuestra democracia». Experiencia comparada El director regional de IDEA Internacional, Daniel Zovatto, es uno de los expertos que más conoce de este tema en América Latina. De hecho, en 2008, escribió el libro «Democracia en directa en Latinoamérica», en el cual realizó junto a otros autores un análisis sobre la aplicación de esos mecanismos en nuestra región. Al respecto, comentó a Emol que «en primer lugar, que la adopción y aplicación de estos mecanismos en nuestra región es bastante reciente (década de los años 90) salvo en el caso de Uruguay que data desde 1934 y que por lo tanto estamos ante un fenómeno relativamente reciente de las democracias latinoamericanas». «Aunque en un principio algunos expertos pensaron que la democracia directa iba en contravía de la democracia representativa, ahora se acepta, en general, que son fórmulas complementarias. En ocasiones, sin embargo, se asigna a estos mecanismos expectativas sobredimensionadas, por encima de sus capacidades reales», sostuvo. En esa línea, manifestó que «pero incluso más allá de la valoración que pueda hacerse en relación con el empleo de estos mecanismos de democracia directa, hay que aceptar que estos han llegado para quedarse y que en algunos países han tenido una relevancia creciente. De ahí que el tema central pase por cómo utilizarlos adecuadamente y, más aún, cuándo y en qué casos». En ese contexto, ante el surgimiento de estas propuestas en Chile, el analista indicó que «yo no conozco en América Latina ninguna experiencia en que una Convención Constituyente, mientras elaboraba la Constitución, sometió durante ese transcurso de elaboración mecanismos de democracia directa para consultar sobre ciertos temas». NOTICIA RELACIONADA 25 años de Latinobarómetro: Apoyo a la democracia alcanza sus niveles más altos y cae el autoritarismo 38 «Lo que si existió, similar a lo que va a hacer Chile, es que una vez que se elaboró el texto se somete a una consulta ciudadana para ver si se aprueba o no. Habría que reflexionar con mucha prudencia la conveniencia de que ciertas materias donde no se logran los dos tercios sean sometidos a consultas ciudadanas», añadió. A su juicio, «esto es inédito en América Latina y no podemos decir que funciona bien o mal, porque no hay antecedentes, pero sería un tema que habría que analizar con mucha prudencia y cabeza fría, porque de lo contrario podría generar realmente una situación de mucha tensión». «Si creo que la Constitución que se elabore debe incorporar el uso de mecanismos de democracia directa para darle a la democracia chilena nuevas vías de participación ciudadana, que es una de las demandas presentes no solo en Chile, sino en toda Latinoamérica», enfatizó. No obstante, advirtió que «muchas veces estos mecanismos de democracia directa no terminan relegitimando la confianza en los sistemas políticos, que es una de las expectativas que hay y en términos de participación ciudadana, en un contexto de voto voluntario, ha estado baja». «Es muy importante que la nueva Constitución chilena incorpore el uso correcto y adecuado de mecanismos de democracia directa y de democracia deliberativa». Daniel Zovatto, director regional IDEA internacional»Pero aún con todas las limitaciones, si creo que es muy importante que la nueva Constitución chilena incorpore el uso correcto y adecuado de mecanismos de democracia directa y de democracia deliberativa, que complementen los mecanismos de la democracia representativa, es muy necesario», enfatizó. Sobre la idea de ir aplicando la democracia directa en la Convención, recalcó que «no me opongo, pero si hay que reflexionarlo con mucha prudencia, porque se puede caer en una utilización muy manipulada de la sociedad, porque depende qué es lo que se va a someter a consideración». «Por ejemplo, lo hemos visto en algunos países, cunado hay una muerte de una niña, hay quienes dicen que vamos a reimponer la pena de muerte y voy a preguntar a la sociedad, ahí hay que ser muy cuidadoso. Mira lo que pasó en el Brexit o los acuerdos de paz de Colombia, donde hay temas muy delicados y complejos», indicó. Con todo, subrayó que los mecanismos de democracia directa «son muy válidos e importantes, y bien utilizados, como en el caso de Uruguay, ayudan a mejorar el desempeño de la democracia, pero no hay que hacer un uso abusivo o desvirtuado de estos mecanismos».

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